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28 de enero de 2011

En la ciudad de los prejuicios... vive una mujerzuela provocativa

Quito, Ecuador


Bárbara Babylón es la obra que explora el erotismo en una sociedad con prejuicios.

Una mujer en escena con todas las armas con las cuales provocar. Ropa ceñida negra con curvas asesinas, un collar de puntas metálicas, unas botas de cuero brillante y una mirada penetrante. Ella invita a la cópula inmediata del espectador desesperado.



Seductora como es, Diana Borja interpreta a Bárbara Babylon, en un monólogo de tres personajes urbano-marginales. Una prostituta, un taxista y una loca enamorada de Jesús que camina por las calles. Las tres historias circulan alrededor de la premisa: ¿Es posible amar en esta ciudad de m...? En este coctel de sexualidad, amor y erotismo se desarrolla el Quito del 2011 y propone una ciudad que también es un personaje más. Si la ciudad fuera una mujer, ¿cuál sería su estado y sexo?



Pues sería mujer promiscua como Babylón, “aquella que nos ofrecen en el mundo rasta, una ciudad imperio que nos va alejando de los principios ciudadanos y que nos tienta a todos los vicios”.



El erotismo, expresión donde dos cuerpos se unen por sumo placer y por excelencia humana, se ha convertido en la frenética actualidad en un cliché. Por ello basado en los textos de la española Nuria Barros, Amores Patológicos, se trabajó Bárbara Babylón por Borja para que suceda en Quito, una ciudad conservadora en apariencia pero que lleva por dentro desenfreno.



Temas patológicos

“Unos amigos poetas me hicieron conocer a esta escritora porque sabían que me gustaban los temas patológicos”, comenta la actriz. Después de un trabajo de investigación se encontró varios aspectos de nuestra sociedad en los que siguen habiendo muchos prejuicios. Entre ellos un chico virgen que no sabe cómo enfrentarse a su primera relación sexual, en una ciudad que impone formas de comportamiento machistas.



Bajo este clima Juan es un 'hip-hopero', de pantalones flojos y gorra para atrás, que está en contra de los clichés en estas formas personales.



En otra historia del monólogo aparece una loca enamorada de Jesús. “La imagen de él es la única forma a la cual nosotros le damos significado de amor, y esta palabra tan fuerte está atravesada por Dios”, cuenta. Esa contrariedad sirvió para que en la investigación en una casa de salud de San Marcos se hayan encontrado con seres marginales en donde Borja tomó contacto y se enteró de esa relación de amor odio con Dios que tienen los abandonados. “Me di cuenta de que la cultura occidental está muy impregnada por Dios, amor y por ahí mismo dolor.



Son cosas que no nos permiten vivir y amar tranquilamente”, comenta la actriz.



Esta multitrama, pese a que es compleja llevarla a escena, fluye con naturalidad única y posee la característica humorística de sus diálogos y caracterización.



“Hola, soy Barbara Babylón, una profesional en esta carrera de alto riesgo; es que desde un principio he tenido algo claro lo que quiero y cómo conseguirlo. Un buen servicio a cambio de una cómoda remuneración. ¡Hay platos para todos los gustos! ¿Clítoris en salsa de ciruela? ¡buena elección! ¿Y usted? ¿corte de pezón bañado en chocolate? ¡perfecto! Y¿ para las damas? Este diálogo provocativo e intenso es una constante mientras el espectador entra en la dinámica de preguntarse sobre su erotismo y sus alcances. También a cuestionarse sobre los límites de la moral religiosa en una ciudad abarrotada de excesos desordenados.



Cada historia es separada por una canción y va dando pauta para la construcción del siguiente personaje, a manera de Bodeville. Cada actor canta una canción y crea su propio mundo. El espacio es pequeño pero suficiente para crear tres ambientes en el que se desarrolla la historia. Una jaula hecha de cadenas es el espacio donde habita esta mujer discursiva y compleja. También una acolchonada cueva de castigo con telas suaves para el contacto con la piel, pero que invitan a algo más. “Bárbara se acerca a la sexualidad con todos sus matices, desde el estereotipo hasta el sadomasoquismo, que me ha interesado trabajar. Siempre necesitamos de más placer para sentirnos bien”, afirma sin ningún tapujo. En ese escenario la moral de los espectadores o entra en el juego o puede enfrentar cara a cara sus propias represiones que los avergüenza”, añade Borja.



Ficha técnica

Obra: Bárbara Babylón

Actúan: Diana Borja

Dramaturgia: Diana Borja basado en textos de Nuria Barros.

Dirección: Pablo Tatés

Música: Radio Tanketa.

Vestuario y maquillaje: Andrea Ordóñez



Esteban Fuertes
El Telégrafo
2011-01-21

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